Los huevos de Fabergé son piezas dignas de admirar, no se trata de simples reliquias sino de unas verdaderas obras de arte dentro de las joyas de oro de alta gama antiguas.

Su creador Peter Carl Fabergé realizó más de sesenta huevos todos con una calidad artística única y cada uno de ellos cuenta una historia o conmemora un momento en particular.

Joya de oro de un reino, el origen de los huevos Fabergé

La historia de los huevos Fabergé tiene su origen en 1885 cuando el Zar Alejandro III le hizo una solicitud especial al destacado joyero de la Casa Fabergé.

Le pidió crear una joya diferente para su esposa la emperatriz María Fiódorovna quien era nativa de Dinamarca y con esta quería emular un huevo de pascua perteneciente a la colección real danesa.

La pieza estaba conformada por un óvalo de platino y en su interior una esfera de oro que al abrirla albergaba en su interior una diminuta gallina también de oro.

La emperatriz quedó encantada con el que sería el primer huevo Fabergé, razón por la cual el Zar le pidió al artista que creara uno cada año como regalo para su esposa.

El misterio tras los huevos de oro Fabergé

La casa Fabergé elaboró un total de 69 huevos, de ellos 52 destinados a la familia real y los restantes para personajes aristocráticos y apoderados financieros o políticos.

Lamentablemente solo se conservan 61 piezas, los 8 restantes están desaparecidos, probablemente vendidos por Stalin para recaudar fondos y de allí se perdió la pista de su ubicación.

De algunos de ellos se conservan fotografías que permiten tener una idea de cómo eran estas grandiosas piezas, sin embargo, el destino del resto sigue siendo un gran misterio.

¿Dónde están ahora estas joyas de oro?

A causa de la Revolución Rusa y la caída de la familia Románov, las joyas de oro, incluyendo los huevos Fabergé fueron robados y se repartieron por varios países.

En la actualidad estas valiosas piezas son exhibidas en distintos museos, nueve de ellos están en el museo Fabergé, 10 en la Armería del kremlin y 5 en un Museo de Estados Unidos.

Otros forman parte de colecciones privadas, de hecho, la de la reina Isabel II conserva 3 de estas famosas reliquias.

¡Un huevo de oro en mercado!

Una de estas famosas joyas de alta gama estuvo perdida varios años, hasta que un cazador de objetos usados adquirió la pieza de manera casual en un mercado de segunda mano.

Incluso traía en su interior un reloj Vacheron Constantin, pero lo curioso del asunto es que el comprador no tenía ni idea que el huevo metálico era tan valioso y estuvo a punto de venderlo para fundirlo.

¡Se llevó una gran sorpresa al descubrir en internet que la pieza era un huevo Fabergé valorado en 20 millones de Euros!

Joyas de oro y la importancia de una correcta tasación

El comprador de este huevo de oro tomo una sabia decisión al investigar antes de fundir la pieza, de lo contrario pudo haber perdido mucho dinero.

Por esta razón al momento de vender joyas antiguas o de alta gama usadas es aconsejable realizar una tasación que garantice su correcta valoración.

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